domingo, 24 de octubre de 2010

Yo tuve un Chanel

Durante estos días en los que no me he manifestado me ha pasado de todo, ha habido desconfort, trabajo y muchas muchas cosas de rubias.

Me fui con mi amigo Álvaro de 'compras' (lo entrecomillo porque mi cuenta corriente no soportaría ver ese verbo al desnudo), era una mañana laboral pero nosotros teníamos el día libre. Durante nuestro paseo por Madrid adquirimos exactamente un pijama infantil que simulaba ser un tigre, con rabito y todo, y unos cuantas cápsulas de Nespresso. Así que íbamos con nuestras dos bolsas tan contentos.
De repente le conté a Alvaro que yo una vez tuve un Chanel (un bolso), verdadero, aunque siempre que me lo puse (tres veces) tuve la sensación de que todo el mundo pensaba que era una imitación... El caso es que me lo regalaron y con las mismas me lo robaron y me quedé fatal, como ida. Así que le propuse a mi acompañante ir a Chanel para enseñarle el bolso que un día tuve, le encantó la idea. También quería enseñarle un modelo que había visto hace años en nosequé revista... en fin queríamos entretenernos.
Llegamos a la boutique, localizo el bolso robado y se lo enseño "Mira era parecido a este (2.160 euros)". De repente se acerca una dependienta y nos pregunta muy amable"¿Os puedo ayudar?". "Quería enseñarle un bolso marrón, como de piel envejecida y cadena dorada... pero no lo veo" "A ver -me dice ella- era como piel punteada" "No, envejecida", le digo yo (que ya me quería ir). "No me suena que esta temporada haya alguno así pero echad un vistazo por si véis otro que os guste". Yo me hubiese marchado encantada pero Álvaro me llevó a la otra punta de tienda para ver un traje. Y cuando más relajados estábamos curioseando entre tweed y tweed, vuelve la amable dependienta. "El caso es que voy a mirar en el almacen porque a veces quedan stocks y puede que haya alguno como el que me has descrito" Y se marcha toda contenta mientras nos quedamos pasmados ante tal despliegue´. Vamos que Álvaro ya se veía comprándome el maldito bolso y dispuesto a pasar los dos próximos años tomando sopas de sobre y biebiendo agua del grifo. Pasaron unos minutos que nos parecieron eternos y ella regresó sonriendo...con un bolso dentro de una funda de tela en la mano. Comienza a desenfundar el bolso, poco a poco, poco a poco... yo ya estaba hiperventilando... y saca un bolso... azul marino... "que pena!!! era marrón el que me gustaba, ¿recuerda?" "Ya pero por si acaso" Nos dijo, además, que cuando fuésemos a otros países preguntásemos que a lo mejor teníamos suerte. Lo haremos, dije yo, y sali de la boutique lo más aprisa que mis desgastadas All star me permitieron. La próxima vez que una dependienta me pregunte dejaré a un lado mis rubias ideas y diré lo que dice todo el mundo "gracias, sólo estoy mirando".