lunes, 6 de diciembre de 2010

¿Todos los controladores van al cielo?

Una vez, hace mucho tiempo, ví un anuncio en el cine que me dio una pena tremenda, era de la cadena de restaurantes La vaca argentina. Una voz en off decía "¿donde van las vacas buenas?", mientras en la imagen se veía a diez o doce vaquitas con coronas de santo y alitas, la voz en off seguía diciendo: "al cielo". Después la misma voz preguntaba ¿y las vaquitas muy buenas donde van? y en la gran pantalla se veían unas vacas supermonas pastando en el prado, jugando y con dos coronas de santo cada una. Finalmente la voz sentenciaba muy ufana "¡a la parrilla!". ¡Ay! Casi se me saltan las lágrimas, me pareció de una crueldad sin límites. Reconozco que he seguido comiendo carne de vaca, pero nunca ha sido igual. Bueno dicho esto concluyo que aunque me encantaría que los controladores aéreos fuesen a la parrilla, no será posible porque la bondad no es una se sus características principales... ni secundarias. Tampoco van al cielo, ni siquiera hacen que otros vayan, no ya no... y espero que de aquí en adelante no lo hagan nunca más, al menos no los que lo hacían hasta ahora, sino gente nueva, normal. Sin más pretensiones que las de trabajar para vivir, bien por supuesto, y que el resto podamos hacerlo, cada uno de acuerdo con sus posibilidades pero sin fastidiarle la vida a nadie y sin contribuir a que mi raíz crezca y crezca. Ya me tocaba darme las mechas en Almería... pero mi vuelo no salió. (Esto no es cierto pero de haberlo sido no quedaría viva ni una sola torre de control aeroportuaria... habrían ardido todas).