Maaaaamaaaaa deja ya el móvil!!! ¿Cuántas veces habéis dicho
esto vosotros eh eh?
Por no contaros cuando de repente me gritaba desde el otro
lado de la casa: “Nenaaaa escribe en el grupo y pregúntale a tu padre por que
no me coge el teléfono?” o “Nenaaaaa escribe en el grupo y pregúntale a la tita
(la enfermera) que qué hace?" (preguntar esto es lo que más le gusta a mi madre. A mí me llama cada mañana, sobre las 11, y siempre me pregunta: ¿Qué haces? y yo siempre le respondo con otra pregunta: ¿trabajar?)
Y así pasaba el tiempo hasta que un día, mientras comíamos,
mi madre nos dijo a mi padre y a mi muy solemne: “Quiero entrar en el grupo”.
Me hubiera encantado que presenciarais la escena porque
mi padre parecía el líder de una secta, yo su secretaria y mi madre... una mujer desesperada.
Primero hubo que explicarle cómo abrir la aplicación para
escribir mensajes y después enseñarle a usar el teclado del teléfono: fue un infierno. Se pasaba el día
haciendo llamadas sin querer, no daba pie con bola para contestar, no sabía
desbloquearlo…
Fueron tiempos duros, pero al final, un día, llego este mensaje al grupo: “oja.soi.la.tits.pepi” .
Fueron tiempos duros, pero al final, un día, llego este mensaje al grupo: “oja.soi.la.tits.pepi” .