jueves, 2 de septiembre de 2010

SI HAY QUE VOLVER...

Así me marcho yo de vacaciones, maleta arriba maleta abajo.
Se vuelve evidentemente, pero no es fácil. Hacer una maleta para regresar (salvo contadas excepciones) siempre es como una penitencia que tienes que pagar por haber disfrutado de unas merecidas vacaciones. A ese absurdo peaje luego se suma el de deshacerla al llegar a casa. 
A las maletas de las rubias les gusta esperar ahí, calentitas, a gustito en cualquier rincón de casa antes de ser desechas, y es que aunque llevemos el glamour por bandera nuestro equipaje de vuelta es de segunda. Nos vamos a lo París Hilton: todo ordenado, todo en su sitio, encajado cual tetris y volvemos cual Britney Spears (¿pensad en su maleta por un momento? ¿asco no?).
Yo ya he vuelto, el mundanal ruido se ha vuelto a apoderar de mi rubia vida, mi rubia maleta ya ha sido deshecha. De hecho se ha quedado loca (mi maleta) pues esta vez sólo la dejé reposar 24 horas. “¿Qué prisas son estas? -me dijo- pero si tengo el olor a gasolina metido entre los dientes de la cremallera?”. Tu vida va a cambiar, le solté, he decidido darme algunas mechas chocolate. Ay.

5 comentarios:

  1. La maleta: eso sí que es un desconfort.

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  2. Hola rubia, me tienes en ascuas xq no se quien eres, y seguro q sabes q me pierden los misterios...

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  3. pocas maletas me parecen las de la foto Rubia :)
    Pero piénsalo un momento... deshacer la maleta es malo, si, un desconfort, también, un tedio, sobre todo, pero... no es acaso peor llenar el bombo de la lavadora con la misma cantidad que traía la bolsa? de la maleta a un bombo que no tiene capacidad ni para la mitad de trapos. Yo un año, descargué literalmente el contenido de mi bolsa en la lavadora.. al i-pod no le gustó ni un pelo el centrifugado.
    Cuidado!
    Besos

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  4. venga, rubita, aumenta la frecuencia de los posts....

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